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The World Bank

Reposición de recursos AIF-12

Resumen Los países en desarrollo han realizado grandes avances en la lucha contra la pobreza gracias al firme apoyo de donantes, tanto en forma directa como a través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF). En el curso de la última generación, se ha logrado reducir la pobreza y aumentar la calidad de vida más que en cualquier período comparable de la historia. A partir de 1970, las tasas de mortalidad infantil se han reducido a la mitad y la esperanza de vida ha aumentado de 55 años a 64 años

Reposición de recursos AIF-12

Resumen

Los países en desarrollo han realizado grandes avances en la lucha contra la pobreza gracias al firme apoyo de donantes, tanto en forma directa como a través de la Asociación Internacional de Fomento (AIF). En el curso de la última generación, se ha logrado reducir la pobreza y aumentar la calidad de vida más que en cualquier período comparable de la historia.

A partir de 1970, las tasas de mortalidad infantil se han reducido a la mitad y la esperanza de vida ha aumentado de 55 años a 64 años. La producción de alimentos ha aumentado a un ritmo mayor que el del crecimiento de la población. Las tasas de malnutrición infantil son 20 % más bajas que hace 30 años y algunas enfermedades por carencias nutricionales prácticamente han desaparecido. Las tasas de matriculación en la escuela primaria en los países en desarrollo han llegado a casi el 80 % y las disparidades de género han disminuido, observándose que la relación entre niñas y niños en la escuela secundaria ha aumentado al 45 %. De igual modo, la alfabetización de adultos ha subido del 46 % al 70 %. Asimismo, tanto en los países ricos como en los pobres existe un consenso más amplio y profundo que nunca respecto de las medidas que los Gobiernos deben, y no deben, adoptar para mejorar el nivel de vida de la población de una manera sostenible. Los propios países en desarrollo han sido el motor que impulsó estos logros, si bien los esfuerzos que emprendieron contaron con el firme apoyo de donantes, incluida la AIF.

No obstante, aún quedan por resolver grandes desafíos, especialmente en los países más pobres a los cuales la AIF presta servicios. Hoy, 3000 millones de personas viven con menos de USD 2 al día y 1300 millones subsisten con menos de USD 1 al día. Alrededor de 2000 millones de personas no cuentan con electricidad, 1500 millones no tienen acceso a agua potable y 115 millones de niños no asisten a la escuela. Además, en demasiados lugares los habitantes más pobres no gozan de los beneficios del crecimiento económico. El mayor desafío en los umbrales del nuevo milenio es construir un futuro mejor y más próspero para los habitantes pobres del planeta. Las actuales incertidumbres económicas internacionales agravan este desafío. La crisis y sus consecuencias ponen en peligro los logros en materia de reducción de la pobreza y generan trastornos y penurias en muchos países en desarrollo. La labor de la AIF, en asociación con otros donantes y con países receptores, es ahora más importante que nunca para ayudar a estos países a enfrentar esos desafíos.

La misión de la AIF: combatir la pobreza. La misión de la AIF consiste en respaldar programas eficientes y eficaces para reducir la pobreza y mejorar la calidad de vida en sus países miembros más pobres. La AIF contribuye a crear las políticas, las instituciones, la infraestructura física y el capital humano necesarios para lograr un desarrollo equitativo y sostenible. Su objetivo es reducir las desigualdades dentro de cada país y entre los diversos países mediante la incorporación de un mayor número de personas a la vida económica y la promoción de un acceso más equitativo a los beneficios del desarrollo. Para reducir la pobreza de manera sostenible es necesario forjar asociaciones eficaces e incluir sistemáticamente a los pobres, los grupos afectados y las mujeres en el proceso de desarrollo. Con ese fin, se debe poner el acento en los resultados, para obtener el mayor grado de desarrollo utilizando los escasos recursos destinados a la ayuda; en la sostenibilidad, para lograr un impacto de desarrollo perdurable en un marco sostenible desde el punto de vista ambiental, y en la equidad, para eliminar los obstáculos y generar oportunidades para las personas desfavorecidas.

La asistencia de la AIF se encuadra en un amplio marco de política que refleja las prioridades concertadas por sus donantes, representados por sus respectivos suplentes, y ratificadas por los directores ejecutivos. Estas prioridades se establecen en este informe de los suplentes de la AIF correspondiente a la decimosegunda reposición de recursos (AIF-12). El actual marco de política para la AIF-12, que abarcará la transición al nuevo siglo, también tiene en cuenta los objetivos de reducción de la pobreza y desarrollo social para el siglo XXI (metas internacionales de desarrollo) ratificados por la comunidad internacional. Estos objetivos incluyen reducir a la mitad la proporción de la población que vive en la pobreza extrema y alcanzar la educación primaria universal para 2015.

Un amplio marco de política para reducir la pobreza. La AIF trabaja en colaboración con países receptores y con otras instituciones de desarrollo y de financiamiento. Con frecuencia, además, se pide a la AIF que desempeñe una función clave en la coordinación de la asistencia a países prestatarios para respaldar el objetivo común de reducción de la pobreza. En sus programas intervienen organizaciones no gubernamentales y comunidades locales y participan activamente los beneficiarios, incluidas las mujeres y las personas muy pobres. En el marco de una estrategia de asistencia al país (EAP) se establecen los desafíos de desarrollo amplios que enfrenta cada país y la función que desempeña la AIF para ayudarlos a resolver esos desafíos. La EAP incluye análisis de las evaluaciones de la pobreza, estudios del gasto público y estudios económicos y sectoriales. El proceso de la EAP se está reforzando para lograr que sea más transparente, participativo y consultivo y para garantizar un mayor nivel de protagonismo del país. Los donantes han convenido en que los recursos de la AIF-12 se destinarán a cuatro áreas clave:

  • Inversión en las personas. La experiencia adquirida en materia de desarrollo demuestra que las inversiones en servicios sociales básicos son fundamentales. Esta esfera abarca la educación primaria, el agua potable y los servicios de saneamiento, los servicios de salud preventiva y reproductiva, la nutrición y la protección social para abordar necesidades especiales, como garantizar que los niños que deben trabajar no renuncien a las oportunidades de aprender. Estas inversiones tienen por objeto aumentar la productividad de los pobres y acelerar su salida de la pobreza. Las inversiones de la AIF en los sectores sociales, en particular en áreas clave como la educación de las niñas, han aumentado constantemente en los últimos años. Si bien las nuevas inversiones en estos sectores fluctúan de año a año, en casi todos los prestatarios activos de la AIF se están llevando a cabo proyectos en los sectores de educación y salud que están coordinados estrechamente con proveedores de la comunidad y otros donantes. En la actualidad, los sectores sociales representan alrededor del 40 % del total del financiamiento de la AIF para proyectos de inversión. La AIF prevé que el financiamiento para sectores sociales se mantendrá en alrededor del 40 % del financiamiento para proyectos de inversión durante el período de la AIF-12, y presentará informes anuales sobre el financiamiento y los desembolsos en esta área.
  • Promoción de un crecimiento de base amplia. La experiencia adquirida en materia de desarrollo también indica claramente que el crecimiento económico general y sostenible es fundamental para reducir la pobreza. Por lo tanto, la AIF respaldará las reformas macroeconómicas y sectoriales que promuevan un crecimiento de base amplia y con gran intensidad de mano de obra, que beneficie a los pobres dentro de los países receptores de la AIF. En particular, proporcionará apoyo para los cambios de políticas y los proyectos que promuevan el papel y el crecimiento del sector privado, incluidas las pequeñas empresas, las microempresas y los pequeños agricultores locales, tanto hombres como mujeres.
  • Apoyo al buen gobierno. El buen gobierno es fundamental para lograr un desarrollo económico general y sostenible y mejorar el bienestar humano. El mal gobierno, incluida la corrupción, menoscaba el suministro eficiente y equitativo de bienes y servicios públicos y bloquea las oportunidades de los pobres y débiles para beneficiarse del proceso de desarrollo. Los elementos clave del buen gobierno incluyen lo siguiente: la buena gestión del sector público, con instituciones públicas responsables que asignan prioridad a los programas sociales productivos y las políticas orientadas a reducir la pobreza y respaldar decisiones fiscales acertadas; la formulación e implementación de las políticas de manera transparente; la claridad, estabilidad y equidad en las normas jurídicas, y la posibilidad de que los ciudadanos afectados participen en la formulación y ejecución de las políticas y los programas que les atañen. La AIF ha reforzado su marco analítico para evaluar la calidad del desempeño normativo general en los países receptores, incluidos los factores relativos al buen gobierno, que se aplicará en la asignación de los recursos de la AIF-12. En los casos en que las deficiencias en la gestión de gobierno constituyan una limitación importante para el desarrollo, la cuestión se analizará exhaustivamente en la EAP.
  • Protección del medio ambiente. La AIF respalda las estrategias que promueven el desarrollo sostenible desde el punto de vista ambiental debido a que, con frecuencia, los efectos de la pobreza y los daños ambientales se refuerzan mutuamente. La AIF acrecentará sus esfuerzos encaminados a integrar objetivos ambientales en su labor, teniendo en cuenta las condiciones locales y los acuerdos internacionales en este ámbito. Asimismo, fomentará y respaldará proyectos que fortalezcan la capacidad de gestión ambiental y la infraestructura conexa en materia regulatoria y legislativa (como los proyectos independientes de desarrollo institucional). La AIF adoptará medidas para promover y respaldar la eficiencia energética a través de operaciones tanto de energía como no relacionadas con esta, el aumento de la disponibilidad de energía rural y, en asociación con el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, la expansión de los mercados de energía renovable en los países o zonas (en particular las zonas rurales) donde las tecnologías de energía renovable brindan alternativas económicas más ventajosas que las convencionales.

Los fondos de la AIF se asignan de acuerdo con el desempeño normativo de cada país. Los recursos de la AIF son escasos y se deben asignar a lugares donde es más probable que promuevan un crecimiento de base amplia sostenible y con gran intensidad de mano de obra y en países que aplican políticas acertadas. Los recursos de la AIF-12 se asignarán teniendo en cuenta las evaluaciones actuales del desempeño normativo de cada país prestatario con respecto a la reducción de la pobreza, las políticas económicas de base amplia, el buen gobierno y la ejecución de proyectos. Los países se evalúan utilizando el marco de evaluación de las políticas e instituciones nacionales, al que se han incorporado mejoras significativas en el curso del último año. La AIF elaborará un informe anual sobre la evolución del proceso de evaluación del desempeño de los países, incluido su impacto en los países con malos resultados y los países cuya situación podría cambiar radicalmente, y la manera en que se aborda la gestión de gobierno.

Apoyo a los países con desempeño normativo deficiente y a los países que salen de conflictos. Un gran número de los habitantes más pobres del planeta vive en países con malos resultados en materia de políticas. Estos países pueden recibir apoyo no crediticio y financiamiento selectivo de la AIF, en colaboración con otros donantes, si sus Gobiernos ponen de manifiesto la determinación de mejorar su desempeño normativo. Esta ayuda puede ayudarlos a mejorar aún más sus resultados y, consiguientemente, a reunir los requisitos para obtener asistencia financiera más sustancial de la AIF y de la comunidad internacional. Los países pobres que salen de conflictos no solo deben lidiar con los padecimientos de sus habitantes y la pérdida de vidas humanas sino también con la destrucción de las instituciones y la infraestructura; a través de sus recursos, la AIF puede desempeñar un papel fundamental en la reconstrucción de esos países después del conflicto. La AIF proporcionará a países con desempeño normativo deficiente financiamiento selectivo y apoyo no crediticio en consonancia con los avances del Gobierno en la ejecución de programas de reforma de políticas y la voluntad de los donantes de brindar apoyo concertado.

Por otra parte, la AIF está mejorando su eficiencia interna para respaldar su misión. Con el objeto de enfrentar los desafíos relacionados con la promoción del desarrollo, a principios de 1997 el Banco Mundial adoptó un plan de acción, el Pacto Estratégico, cuyo objetivo principal consiste en acrecentar la eficacia de la ayuda que el Grupo Banco Mundial proporciona a los países miembros para reducir la pobreza. En el marco del Pacto Estratégico, el Banco Mundial está transformando sus operaciones a través de medidas orientadas a mejorar sus productos, lograr que los procesos se adapten mejor a las necesidades de los clientes y sean más participativos, reducir sus costos y, en términos generales, aumentar la eficacia de su labor en los países en desarrollo. Asimismo, está descentralizando sus operaciones y, en la actualidad, el 40 % de los directores de países cumple funciones en las oficinas del Banco en los países prestatarios. Este hecho, a su vez, pone a la AIF más cerca de sus clientes y le permite dar una respuesta más adecuada y tener un mayor grado de flexibilidad para abordar las necesidades de los habitantes más pobres del planeta.

En África al sur del Sahara es necesario un esfuerzo especial. Esta región aún plantea un difícil desafío en materia de desarrollo. Los donantes han solicitado que la AIF siga realizando esfuerzos especiales en África al sur del Sahara, en vista de su mínimo acceso a fuentes alternativas de capital de inversión, sus bajos indicadores sociales y las graves limitaciones institucionales y de infraestructura. Actualmente, en muchos de estos países se están aplicando políticas acertadas y se está registrando una gran mejora en las tasas de crecimiento, lo que brinda una oportunidad para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos más pobres. Sin embargo, los niveles de inversión en estos países son demasiado bajos para sostener este crecimiento. Para mantener y multiplicar estos esfuerzos, la comunidad internacional, tanto el sector público como el privado, deberá proporcionar un nivel sustancial de apoyo. Con el objeto de respaldar a los países africanos que han asumido el compromiso de reducir la pobreza, aplicar reformas económicas y lograr un crecimiento general y sostenible, la AIF prevé incrementar la proporción de sus recursos destinados a África hasta llegar al 50 % de los recursos de la AIF-12, siempre y cuando el desempeño de cada país lo justifique. La AIF presentará informes anuales sobre la distribución regional de su financiamiento.

La mayoría de los habitantes pobres del planeta vive en Asia. Los donantes también reconocen que la mayor concentración de pobres del mundo está en Asia y que en muchas partes de la región los indicadores sociales son peores que los que se registran en África. Además, han observado las necesidades especiales de los prestatarios que pueden recibir financiamiento combinado, dado que tienen poco acceso a financiamiento en condiciones no concesionarias y sus perspectivas de desarrollo económico varían ampliamente. En el caso de los países que pueden recibir financiamiento combinado, la AIF concentrará su apoyo en programas sociales y ambientales prioritarios, y presentará informes anuales sobre el financiamiento otorgado a estos países. Asimismo, emprenderá un examen de las políticas en materia de graduación de la AIF y de las opciones relativas a las condiciones del financiamiento para los prestatarios de la AIF.

La crisis económica internacional perjudica a todos los países pobres. Actualmente, la crisis económica que comenzó en Asia oriental se ha propagado a otras partes del mundo y ha puesto en peligro uno de los logros en materia de disminución de la pobreza más notables de la historia moderna. Los avances en la esfera del desarrollo se están erosionando rápidamente, en particular en Asia oriental donde se han dado los pasos más grandes para combatir la pobreza, y muchos de estos países enfrentan la perspectiva de una prolongada recesión económica y del empeoramiento de las condiciones sociales. El Grupo Banco Mundial proporciona asistencia financiera y técnica para abordar las dimensiones financieras y humanas de la crisis con el objeto de respaldar los esfuerzos internacionales para restaurar la confianza y el crecimiento sostenible en los países de todas las regiones donde los efectos han sido más graves. La AIF realizará un seguimiento del impacto de la crisis internacional en todas las regiones y adaptará su financiamiento para responder a las necesidades de los países que pueden recibir asistencia de la AIF dentro de los criterios de admisibilidad concertados para el período de la AIF-12.

Recomendación sobre el financiamiento para el período de la AIF-12. De acuerdo con la recomendación formulada por los 39 donantes del período de la AIF-12, los fondos de donantes para la decimosegunda reposición de recursos de la AIF deberían ascender a 8650 millones de derechos especiales de giro (DEG). Estos fondos, junto con los reembolsos de créditos anteriores de la AIF, las transferencias previstas del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y otros recursos, permitirán que la AIF destine alrededor de DEG 15 250 millones a los países más pobres del planeta en el período comprendido entre el 1 de julio de 1999 y el 30 de junio de 2002.

La decimosegunda reposición de recursos de la AIF contribuirá de manera significativa a crear un futuro mejor para los habitantes más pobres del planeta en los inicios del siglo XXI. Han transcurrido 37 años desde que la AIF otorgó su primer crédito, y en ese período ha sido una fuente importante de asesoramiento y financiamiento en condiciones concesionarias para los países más pobres del mundo. La AIF, conjuntamente con los grandes esfuerzos y el compromiso de los países receptores y otros donantes, contribuirá a acelerar el ritmo del desarrollo humano en esta época de crucial importancia.